El desarrollo de un judoka se basa en un ecosistema de métodos de entrenamiento, conocidos colectivamente como Keiko. Este sistema no se limita a la simple lucha, sino que ofrece una variedad de ejercicios diseñados para perfeccionar diferentes aspectos de la habilidad técnica, táctica y física. Cada método tiene un propósito pedagógico específico, y su combinación equilibrada es clave para un progreso integral.